Algunas personas nos preguntan, “¿tener una marca personal es convertirte en una cosa vendible?”
En el mes de mayo impartíamos una conferencia en Cesma, Escuela de negocios, sobre “marca personal”: expectación, interés, preguntas y más preguntas, y al terminar: “yo quiero eso”.
¿Cómo crees que se construye una marca personal? ¿Desde un mensaje superfluo, pegadizo, o desde la autenticidad y la esencia de la persona?
Construir una marca personal es un proyecto ambicioso, enorme. No es vender un eslogan, un mensaje o un producto/persona. Es transmitir lo que a esa persona que ofrece su marca personal le hace único, exclusivo, a tener en cuenta.
En grandes líneas, diremos que para construir una marca personal, el primer paso es el autoconocimiento; el segundo, definir qué quieres conseguir en tu vida, tanto profesional, como personalmente; el tercero, diseñar tu plan de acción para alcanzarlo; y el cuarto, diseñar tu estrategia de comunicación, según aquello que te hace diferente, con valor, para tu “mercado”.
¿Y tiene que ver el autoliderazgo con una marca personal?
En gran medida, pensamos que mucho. El autoliderazgo es la competencia principal, básica, para el desarrollo de una verdadera marca personal.
- En ambos casos partimos del autoconocimiento: quién eres, qué te define, qué te hace único, cuáles son tus puntos fuertes, tus áreas de desarrollo,…
- La misión es el segundo paso, el para qué de tu vida, tu trabajo, tu posición en el mercado. ¿Qué sentido tiene todo esto para ti? ¿Qué objetivos te has marcado? ¿Cuáles son tus metas? Entendemos siempre, en una búsqueda de la autorrealización, la satisfacción personal y la felicidad.
- El tercer paso es el de la... ¡creatividad! ¡Sí! El momento de diseñar tu plan de acción, aquello que te llevará a alcanzar los objetivos marcados, a ponerte en el camino del logro de tus metas, de tu visión.
- Y por último, el diseño de tu estrategia de comunicación. ¿Qué te hace a ti tan especial para que otros quieran conocerte, amarte, leerte, contratarte? Sin ese reconocimiento de tu valor, de lo que ofreces a los demás, difícilmente podrías avanzar en el diseño de tu marca personal.
Y como sucede en el autoliderazgo, la marca personal ha de irradiar coherencia, sentido, servicio, oportunidad. Cuando te lideras a ti mismo, lo haces desde la coherencia con tu misión, tus valores, tu filosofía de vida, y tus actos lo reflejan. Cuando presentas una marca personal, lo haces exactamente desde ese mismo lugar.
El autoliderazgo se manifiesta en todo lo que hacemos, las emociones que mostramos, en cómo nos comunicamos, en las decisiones que tomamos, en cómo tratamos a los demás, al final todo ello hace que los demás te perciban de una determinada manera, que tengan una imagen de ti.
La marca personal no deja de ser una imagen muy cuidada de cómo quieres que te vean, mas desde la autenticidad y la coherencia con tu proyecto vital.
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