Especializados en acciones formativas singulares y coaching, facilitamos el desarrollo de las competencias necesarias para que una persona se sienta más capaz de alcanzar los objetivos que se propone. Sentirnos capaces hace que nos sintamos con el control de qué hacer en una situación; y eso está en la base del bienestar personal y, como consecuencia, del éxito profesional.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Breves historias de COACHEES: M.

M llegó a su primera sesión de Coaching inquieto, expectante, inseguro. Después de los saludos, le pedí que nos cambiáramos de sitio. Había algo que me había llamado la atención cuando entró. Y ahí estaba, M. andaba arrastrando ligeramente una pierna, como si tuviera algo atado o pegado a ella y tuviera que tirar de ello. Definitivamente M tenía, cuando menos, una forma peculiar de andar.

Empezamos la sesión, y parecía que M daba vueltas sobre su objetivo sin llegar a concretarlo. Parecía que no tenía claro lo que tenía que trabajar, a pesar de que estaba allí porque su empresa había pedido el Coaching con el fin de desarrollar concretamente sus habilidades de liderazgo con el equipo.

M no terminaba de concretar el objetivo de trabajo.

La conversación de Coaching se centró en identificar el problema que le impedía concretar su objetivo y que tal vez fuera el mismo que le frenaba en su papel de líder.


Al cabo de una hora, M se expresaba así:
“mi problema es que tengo algo que me frena en mi vida, me lastra y me he acostrumbrado a “andar” con ello”.

“¿Es como si llevaras una cuerda con un lastre atada al zapato y andaras arrastrándolo?”, le pregunté metafóricamente.

“Sí, así es; ése es mi problema”

Le pedí que andara por la sala y apreciara su forma de andar y explorara cómo andaría sin lastres. Fue como una iluminación para M.

El primer paso para cambiar algo es saber qué quieres cambiar.

Ahora M sabía cuál era el problema por el que empezar, su lastre.

El proceso de Coaching se había puesto en marcha, la rueda de la evolución personal de M había empezado a girar. En pocos meses M aprendió a soltar lastre, se sintió más capaz y consiguió ejercer su papel de líder de su equipo satisfactoriamente.

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