Especializados en acciones formativas singulares y coaching, facilitamos el desarrollo de las competencias necesarias para que una persona se sienta más capaz de alcanzar los objetivos que se propone. Sentirnos capaces hace que nos sintamos con el control de qué hacer en una situación; y eso está en la base del bienestar personal y, como consecuencia, del éxito profesional.

viernes, 23 de julio de 2010

Autoliderazgo y Personal Branding

Algunas personas nos preguntan, “¿tener una marca personal es convertirte en una cosa vendible?”

En el mes de mayo impartíamos una conferencia en Cesma, Escuela de negocios, sobre “marca personal”: expectación, interés, preguntas y más preguntas, y al terminar: “yo quiero eso”.

¿Cómo crees que se construye una marca personal? ¿Desde un mensaje superfluo, pegadizo, o desde la autenticidad y la esencia de la persona?

Construir una marca personal es un proyecto ambicioso, enorme. No es vender un eslogan, un mensaje o un producto/persona. Es transmitir lo que a esa persona que ofrece su marca personal le hace único, exclusivo, a tener en cuenta.

En grandes líneas, diremos que para construir una marca personal, el primer paso es el autoconocimiento; el segundo, definir qué quieres conseguir en tu vida, tanto profesional, como personalmente; el tercero, diseñar tu plan de acción para alcanzarlo; y el cuarto, diseñar tu estrategia de comunicación, según aquello que te hace diferente, con valor, para tu “mercado”.

¿Y tiene que ver el autoliderazgo con una marca personal?

En gran medida, pensamos que mucho. El autoliderazgo es la competencia principal, básica, para el desarrollo de una verdadera marca personal.
  • En ambos casos partimos del autoconocimiento: quién eres, qué te define, qué te hace único, cuáles son tus puntos fuertes, tus áreas de desarrollo,…
  • La misión es el segundo paso, el para qué de tu vida, tu trabajo, tu posición en el mercado. ¿Qué sentido tiene todo esto para ti? ¿Qué objetivos te has marcado? ¿Cuáles son tus metas? Entendemos siempre, en una búsqueda de la autorrealización, la satisfacción personal y la felicidad.
  • El tercer paso es el de la... ¡creatividad! ¡Sí! El momento de diseñar tu plan de acción, aquello que te llevará a alcanzar los objetivos marcados, a ponerte en el camino del logro de tus metas, de tu visión.
  • Y por último, el diseño de tu estrategia de comunicación. ¿Qué te hace a ti tan especial para que otros quieran conocerte, amarte, leerte, contratarte? Sin ese reconocimiento de tu valor, de lo que ofreces a los demás, difícilmente podrías avanzar en el diseño de tu marca personal.
Y como sucede en el autoliderazgo, la marca personal ha de irradiar coherencia, sentido, servicio, oportunidad. Cuando te lideras a ti mismo, lo haces desde la coherencia con tu misión, tus valores, tu filosofía de vida, y tus actos lo reflejan. Cuando presentas una marca personal, lo haces exactamente desde ese mismo lugar.

El autoliderazgo se manifiesta en todo lo que hacemos, las emociones que mostramos, en cómo nos comunicamos, en las decisiones que tomamos, en cómo tratamos a los demás, al final todo ello hace que los demás te perciban de una determinada manera, que tengan una imagen de ti.

La marca personal no deja de ser una imagen muy cuidada de cómo quieres que te vean, mas desde la autenticidad y la coherencia con tu proyecto vital.

El arte de ser uno mismo

Quizás sea el arte más complejo y creativo que existe, el arte de construirse como protagonista indiscutible de uno mismo.

Y… ¿quién no es el protagonista de su propia historia? Quien tiene creencias limitantes, quien se siente impulsado a actuar inconscientemente, quien tiene una autoestima baja, quien siente que no tiene el control de su vida, quien tiene la sensación de sentirse arrastrado por los acontecimientos,… ¡demasiadas personas!

El autoliderazgo se reconoce como la clave para la realización personal. Empiezas por definir qué propósito tiene para ti tu vida, porque de esa misión personal surgirán tus metas, tus actos, tus pensamientos, tus sentimientos, incluso tus estados emocionales.

Presentamos nuestras empresas hablando de su misión, de su visión, de sus valores, de su filosofía, y esto lo hacemos porque para las personas es importante conocer esta información, ya que nos permite entender la coherencia y el valor que tiene la empresa.

Y precisamente porque esa es una información valiosa para entender la coherencia y el valor, si para nosotros es importante la autorrealización, es algo que también tendríamos que definir a nivel personal; ya que tener claro nuestra misión, nuestra visión, nuestros valores y filosofía nos impulsa a hacernos responsables de nuestras actos y plantearnos logros acordes con nuestros propósitos.

En una empresa, identificamos el DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades), tomamos decisiones estratégicas de adónde ir; desde ese análisis, definimos objetivos, tácticas, planes de acción.

¿Y a nivel personal?, ¿hacemos el ejercicio de identificar nuestras fortalezas, nuestros puntos débiles, nuestras áreas de mejora, nuestras oportunidades? ¿Qué hacemos ante nuestras limitaciones? Sólo si sabes con qué cuentas, aquello que te hace único, desde tu autoconocimiento tienes posibilidades de gestionar con acierto tus recursos y, además, motivarte.

Liderarse a uno mismo es una competencia intrapersonal de la Inteligencia Emocional que difundió Goleman, y un componente de la inteligencia personal identificada por Gardner, que nos permite autoconocernos, autogestionarnos y automotivarnos, en definitiva, ser el jinete y no el caballo en nuestro galopar por la vida. ¡Llevar las riendas!

Se compone de un conjunto de conocimientos, habilidades y comportamientos que nos permiten elegir un modo de ser propios, y dirigir nuestra forma de actuar en coherencia con el sentido que damos a nuestra vida. Se fundamenta en el ser que soy y se manifiesta en lo que hago. Tiene cinco elementos: la autoestima, el valor que nos damos; los pensamientos que nos hacen sentirnos capaces de lograr lo que nos planteamos; los objetivos que nos proponemos claramente definidos; la gestión proactiva de nuestras emociones, y el ser flexibles y aprender ante el feed-back que recibimos de nuestro entorno.

Podría parecer importante para cualquier persona, pero cuando uno tiene la responsabilidad de liderar a otros, esta tarea es esencial, ya que en el autoliderazgo se fundamenta el liderazgo ante los demás. Si quiero liderar a otros, ¿cómo voy a hacerlo si no sé liderarme a mí mismo?

Especial

10 ideas para el
Autoliderazgo

En esta ocasión, te proponemos 10 ideas y 10 preguntas para trabajar el autoliderazgo.


1. Imagina el discurso de tu funeral, ¿qué te gustaría que dijeran de ti?
Puede que suene un tanto fuerte, pero es un buen punto de partida para decidir qué clase de persona quieres ser. Pensar en lo que quieres que digan de ti te permite darle una misión a tu vida, un sentido y una coherencia a todo lo que haces.

2. Mirando tu vida desde el final, ¿qué metas has alcanzado?
Primero decides adónde quieres llegar en un futuro, y desde ahí, vas haciendo un “retroplan”, un plan desde la meta hasta el día de hoy, indicando los logros parciales que habrás ido consiguiendo para alcanzar tu meta.

3. Objetivos claros, asumibles. ¿Qué metas te propones en tu desarrollo personal?
Tenemos costumbre de fijarnos objetivos de trabajo, pero... ¿y sobre ti mismo, sobre la persona que quieres ser, te fijas objetivos de desarrollo, de adquirir nuevas conductas, nuevos pensamientos, nuevos sentimientos, coherentes con tu proyecto personal?

4. Revisa tu diálogo interior. ¿Qué te dices a ti mismo?
Qué te dices respecto a tu capacidad y posibilidades: “puedo”, “soy capaz”, “me lo merezco”, creencias capacitantes que te llenan de poder, “empoderan”, para conseguir lo que te propones; o si lo que te dices te incapacita y te lleva a no poder conseguirlo.

5. Revisa tus juicios cuando algo no sale bien. ¿Cómo los calificas de fracasos o de errores?
Reconocer lo que no te sale bien como hechos de los que aprender, errores a mejorar y no como fracasos personales. Cuentan que a Thomas Edison le dijeron que había fracasado más de 1000 veces al hacer la bombilla, y él respondió: “No, he descubierto más de 1.000 formas de cómo no hacer una bombilla” ¿Te lo apuntas?

6. Evalúa tu autoestima. ¿Qué puntuación le das?
La autoestima es el valor que nos damos a nosotros mismos. De ahí procede nuestra autoconfianza, nuestra autoimagen y la actitud con la que vivimos. Ser asertivos o no. ¿Qué nota te das? ¿Qué te falta para tener una autoestima de 10?

7. Identifica tus reacciones emocionales. ¿Qué te saca de quicio?
Conocer tus re-acciones, lo que te dispara, lo que te frena, …, es esencial para saber gestionarlas proactivamente y conseguir accionar desde la posibilidad, eligiendo cómo vas a responder, en vez de re-accionar automáticamente.

8. Se el modelo a seguir. Lo que haces, ¿tiene coherencia con quien quieres ser?
El hacer y el ser son coherentes cuando tienes un proyecto de autoliderazgo, cuando buscas la congruencia entre lo que haces con la persona que quieres ser. Es tu ética personal la que se reflejará en tus actos.

9. Aprende del feedback. ¿Te adaptas a tu entorno?
El feedback o retroalimentación es una información que nos dan los demás de cómo nos ven, de cómo actuamos. ¡Es una información tan útil para darnos cuenta de lo que transmitimos! ¿Es esa la imagen que quieres dar, la que es coherente con tu diseño personal? ¿Estás dispuesto a recibir, a cambiar, a ser flexible, a adaptarte? Si no aprendes permanentemente y te adaptas a tu entorno, ¿cómo vas a sobrevivir? Sólo las piedras, que no están vivas, son inmutables.

10. Diseña en feedforward. ¿Tienes clara tu misión?
El autoliderazgo se materializa en el presente, pero adquiere su sentido desde el futuro que quieres tener. Trabajando tu autoliderazgo con feedforward, con proalimentación, anticipas tus posibles errores y tienes posibilidades de evitar lo que no desees. Además, puedes elegir tus comportamientos futuros, y se produce un curioso efecto: “la profecía autocumplida”; cuando eliges tus comportamientos futuros, éstos se cumplen, porque actúas en consecuencia para conseguirlos.

Lo importante no es si alcanzas aquello que te propones, sino que orientas tus esfuerzos hacia lo que quieres y el camino de conseguirlo se convierte en el gran reto. Así lo afirman en fuentes tan diversas como la Terapia de la Gestalt, con el "purpose" de Fritz Perls (1893-1970) o en el poema Itaca de Cavafis (1863-1933).

Poema ITACA, de Cavafis


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.  

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni a la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu camino
si mantienes elevado tu pensamiento,
si una exquisita emoción
penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Ni los lestrigones, ni los cíclopes,
ni el feroz Poseidón podrán encontrarte,
si tú no los llevas dentro, en tu alma,
si no los pone ante tí tu corazón.

Pide que el viaje sea largo,
que sean muchas las mañanas de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Deténte en los mercados de Fenicia,
para comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y que aprendas de los sabios.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca.
Tu llegada allí es tu destino.

Mas no apresures el viaje;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca ya te brindó un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido.

Parecería no tener nada más que darte
y aunque creas hallarla pobre,
Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo,
ahora sabio, con tanta experiencia,
habrás comprendido ya
qué significan las Ítacas.

Constantino Cavafis (1863-1933)

lunes, 12 de julio de 2010

Las emociones en el Coaching. Entrevista en Intereconomía TV

Nunca se había visto un fenómeno similar. Una profesión nueva que, en apenas 4 años, se ha instalado en el mundo empresarial, con un impacto sin precedentes.

El coaching está cambiando la formación en las empresas, está cambiando el desarrollo de las habilidades de los profesionales, la forma en que los Directivos toman decisiones. Está cambiando las certezas de paradigmas inconscientes y supuestos. Todo el que se acerca a los planteamientos del coaching no queda indiferente. Incluso podríamos decir que no queda indemne. ¡¡Queda tocado en sus certezas!!! Certezas que sustituye por otras, pero otras certezas de pregunta, de apertura, de respeto.

Con tan poco tiempo, la sociedad, las empresas, las personas, aún no tienen una idea clara de en qué consiste este método; método que, en su origen etimológico en griego, significa metha (más allá) y odos (camino), literalmente camino o vía para llegar más lejos, un medio para llegar a un fin.

En su significado original, esta palabra nos indica el camino que conduce a un lugar. Y eso es el coaching, un camino de aprendizaje mediante la reflexión, el autoconocimiento, el cuestionamiento sin precedentes que liberan a la persona de los frenos que desconocía y que le pueden estar impidiendo alcanzar lo que quiere.

Así que el coaching es un entrenamiento. A veces se habla de un coaching al hacer, un coaching para hacer algo mejor, jugar al tenis, al golf, cerrar ventas, dirigir reuniones.

Más profundo, más difícil, más impactante es el coaching al ser, coaching a la persona que hace, a sus pensamientos, a sus sentimientos, a sus emociones. Un coaching que transforma a la persona, porque la lleva a cuestionarse desde dónde hace lo que hace, y para qué lo hace; un coaching que entrena la musculatura del pensamiento.

Los coaches profesionales asociados a la ICF (International Coaching Federation), la asociación profesional más importante a nivel mundial, somos conscientes de que tenemos la responsabilidad profesional de aclarar el alcance del método, el papel de un coach y trasladar a la sociedad los beneficios del mismo.

Y una de las formas de hacerlo es interviniendo en los medios. En Intereconomía Bussines TV, los asociados intervenimos semanalmente con este fin. Y el día 24 de junio me correspondió la responsabilidad de hablar sobre la idea de que las emociones son parte del trabajo en un proceso de coaching. ¿Cabía alguna duda? La evidencia de la investigación neurológica nos lo ha dejado claro.

No somos razón o emoción. Somos un sistema, una unidad excepcional, apasionante en su complejidad.

Nosotras, en tbc-aranda, trabajamos con un modelo propio, “emoción-acción”, fruto de la investigación y la experiencia, que nos lleva a conseguir resultados no sólo extra-ordinarios, sino realmente decisivos para la persona, porque la emoción es lo que permite a una persona elegir lo que para ella es importante.

Breve tiempo en la entrevista para hablar de algo tan apasionante. Algo que nos incumbe tanto, nos afecta tanto y a lo que le dedicamos conscientemente tan poco tiempo.

Os dejamos el link de la entrevista:
  









¿En qué emoción vives?