Especializados en acciones formativas singulares y coaching, facilitamos el desarrollo de las competencias necesarias para que una persona se sienta más capaz de alcanzar los objetivos que se propone. Sentirnos capaces hace que nos sintamos con el control de qué hacer en una situación; y eso está en la base del bienestar personal y, como consecuencia, del éxito profesional.

viernes, 23 de julio de 2010

Especial

10 ideas para el
Autoliderazgo

En esta ocasión, te proponemos 10 ideas y 10 preguntas para trabajar el autoliderazgo.


1. Imagina el discurso de tu funeral, ¿qué te gustaría que dijeran de ti?
Puede que suene un tanto fuerte, pero es un buen punto de partida para decidir qué clase de persona quieres ser. Pensar en lo que quieres que digan de ti te permite darle una misión a tu vida, un sentido y una coherencia a todo lo que haces.

2. Mirando tu vida desde el final, ¿qué metas has alcanzado?
Primero decides adónde quieres llegar en un futuro, y desde ahí, vas haciendo un “retroplan”, un plan desde la meta hasta el día de hoy, indicando los logros parciales que habrás ido consiguiendo para alcanzar tu meta.

3. Objetivos claros, asumibles. ¿Qué metas te propones en tu desarrollo personal?
Tenemos costumbre de fijarnos objetivos de trabajo, pero... ¿y sobre ti mismo, sobre la persona que quieres ser, te fijas objetivos de desarrollo, de adquirir nuevas conductas, nuevos pensamientos, nuevos sentimientos, coherentes con tu proyecto personal?

4. Revisa tu diálogo interior. ¿Qué te dices a ti mismo?
Qué te dices respecto a tu capacidad y posibilidades: “puedo”, “soy capaz”, “me lo merezco”, creencias capacitantes que te llenan de poder, “empoderan”, para conseguir lo que te propones; o si lo que te dices te incapacita y te lleva a no poder conseguirlo.

5. Revisa tus juicios cuando algo no sale bien. ¿Cómo los calificas de fracasos o de errores?
Reconocer lo que no te sale bien como hechos de los que aprender, errores a mejorar y no como fracasos personales. Cuentan que a Thomas Edison le dijeron que había fracasado más de 1000 veces al hacer la bombilla, y él respondió: “No, he descubierto más de 1.000 formas de cómo no hacer una bombilla” ¿Te lo apuntas?

6. Evalúa tu autoestima. ¿Qué puntuación le das?
La autoestima es el valor que nos damos a nosotros mismos. De ahí procede nuestra autoconfianza, nuestra autoimagen y la actitud con la que vivimos. Ser asertivos o no. ¿Qué nota te das? ¿Qué te falta para tener una autoestima de 10?

7. Identifica tus reacciones emocionales. ¿Qué te saca de quicio?
Conocer tus re-acciones, lo que te dispara, lo que te frena, …, es esencial para saber gestionarlas proactivamente y conseguir accionar desde la posibilidad, eligiendo cómo vas a responder, en vez de re-accionar automáticamente.

8. Se el modelo a seguir. Lo que haces, ¿tiene coherencia con quien quieres ser?
El hacer y el ser son coherentes cuando tienes un proyecto de autoliderazgo, cuando buscas la congruencia entre lo que haces con la persona que quieres ser. Es tu ética personal la que se reflejará en tus actos.

9. Aprende del feedback. ¿Te adaptas a tu entorno?
El feedback o retroalimentación es una información que nos dan los demás de cómo nos ven, de cómo actuamos. ¡Es una información tan útil para darnos cuenta de lo que transmitimos! ¿Es esa la imagen que quieres dar, la que es coherente con tu diseño personal? ¿Estás dispuesto a recibir, a cambiar, a ser flexible, a adaptarte? Si no aprendes permanentemente y te adaptas a tu entorno, ¿cómo vas a sobrevivir? Sólo las piedras, que no están vivas, son inmutables.

10. Diseña en feedforward. ¿Tienes clara tu misión?
El autoliderazgo se materializa en el presente, pero adquiere su sentido desde el futuro que quieres tener. Trabajando tu autoliderazgo con feedforward, con proalimentación, anticipas tus posibles errores y tienes posibilidades de evitar lo que no desees. Además, puedes elegir tus comportamientos futuros, y se produce un curioso efecto: “la profecía autocumplida”; cuando eliges tus comportamientos futuros, éstos se cumplen, porque actúas en consecuencia para conseguirlos.

Lo importante no es si alcanzas aquello que te propones, sino que orientas tus esfuerzos hacia lo que quieres y el camino de conseguirlo se convierte en el gran reto. Así lo afirman en fuentes tan diversas como la Terapia de la Gestalt, con el "purpose" de Fritz Perls (1893-1970) o en el poema Itaca de Cavafis (1863-1933).

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