Quizás sea el arte más complejo y creativo que existe, el arte de construirse como protagonista indiscutible de uno mismo.
Y… ¿quién no es el protagonista de su propia historia? Quien tiene creencias limitantes, quien se siente impulsado a actuar inconscientemente, quien tiene una autoestima baja, quien siente que no tiene el control de su vida, quien tiene la sensación de sentirse arrastrado por los acontecimientos,… ¡demasiadas personas!
Y… ¿quién no es el protagonista de su propia historia? Quien tiene creencias limitantes, quien se siente impulsado a actuar inconscientemente, quien tiene una autoestima baja, quien siente que no tiene el control de su vida, quien tiene la sensación de sentirse arrastrado por los acontecimientos,… ¡demasiadas personas!
El autoliderazgo se reconoce como la clave para la realización personal. Empiezas por definir qué propósito tiene para ti tu vida, porque de esa misión personal surgirán tus metas, tus actos, tus pensamientos, tus sentimientos, incluso tus estados emocionales.
Presentamos nuestras empresas hablando de su misión, de su visión, de sus valores, de su filosofía, y esto lo hacemos porque para las personas es importante conocer esta información, ya que nos permite entender la coherencia y el valor que tiene la empresa.
Y precisamente porque esa es una información valiosa para entender la coherencia y el valor, si para nosotros es importante la autorrealización, es algo que también tendríamos que definir a nivel personal; ya que tener claro nuestra misión, nuestra visión, nuestros valores y filosofía nos impulsa a hacernos responsables de nuestras actos y plantearnos logros acordes con nuestros propósitos.
En una empresa, identificamos el DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades), tomamos decisiones estratégicas de adónde ir; desde ese análisis, definimos objetivos, tácticas, planes de acción.
¿Y a nivel personal?, ¿hacemos el ejercicio de identificar nuestras fortalezas, nuestros puntos débiles, nuestras áreas de mejora, nuestras oportunidades? ¿Qué hacemos ante nuestras limitaciones? Sólo si sabes con qué cuentas, aquello que te hace único, desde tu autoconocimiento tienes posibilidades de gestionar con acierto tus recursos y, además, motivarte.
Liderarse a uno mismo es una competencia intrapersonal de la Inteligencia Emocional que difundió Goleman, y un componente de la inteligencia personal identificada por Gardner, que nos permite autoconocernos, autogestionarnos y automotivarnos, en definitiva, ser el jinete y no el caballo en nuestro galopar por la vida. ¡Llevar las riendas!
Se compone de un conjunto de conocimientos, habilidades y comportamientos que nos permiten elegir un modo de ser propios, y dirigir nuestra forma de actuar en coherencia con el sentido que damos a nuestra vida. Se fundamenta en el ser que soy y se manifiesta en lo que hago. Tiene cinco elementos: la autoestima, el valor que nos damos; los pensamientos que nos hacen sentirnos capaces de lograr lo que nos planteamos; los objetivos que nos proponemos claramente definidos; la gestión proactiva de nuestras emociones, y el ser flexibles y aprender ante el feed-back que recibimos de nuestro entorno.
Podría parecer importante para cualquier persona, pero cuando uno tiene la responsabilidad de liderar a otros, esta tarea es esencial, ya que en el autoliderazgo se fundamenta el liderazgo ante los demás. Si quiero liderar a otros, ¿cómo voy a hacerlo si no sé liderarme a mí mismo?
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Ser líder implica varios niveles que van aumentando en complejidad: liderarse a uno mismo, a los compañeros, a los miembros de tu equipo, tu organización y tu comunidad.
Si no puedes liderarte a tí mismo, el resto es francamente imposible. Enhorabuena por el post y que paséis unas buenas vacaciones.
Os las mereceis
¡Muchísimas gracias, José Luis!, de parte de las dos.
Y felices vacaciones para tí también.
Un abrazo, Isabel y Jane
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