¡Imaginarte en tu futuro!
¡Soñar con ser quien quieres ser!
Es uno de los ejercicios más potentes de los que realizan los coachees en un proceso de coaching. Sueñan, despiertos, viéndose cómo son en su futuro. Proyectan a través de imágenes cómo son y qué hacen en su futuro ideal.
Con frecuencia diseñamos nuestro hacer: nuestra carrera profesional, las tareas que tenemos que realizar; pero rara vez nos paramos a diseñar la persona que queremos ser. La última vez que le dije a un coachee que eso es lo que iba a hacer con el coaching, “diseñar quién quería ser”, me contestó sorprendido: “Eso no me lo había preguntado nunca”.
A través de un ejercicio proyectivo como es el de visión, el coachee llega a definir, con mucha precisión, qué persona quiere ser en su futuro. Es un ejercicio altamente esclarecedor por su carácter gráfico, muy rápido y automático; le permite reflejar sus miedos, sus superaciones, sus fuentes de energía y sus logros.
Con frecuencia diseñamos nuestro hacer: nuestra carrera profesional, las tareas que tenemos que realizar; pero rara vez nos paramos a diseñar la persona que queremos ser. La última vez que le dije a un coachee que eso es lo que iba a hacer con el coaching, “diseñar quién quería ser”, me contestó sorprendido: “Eso no me lo había preguntado nunca”.
A través de un ejercicio proyectivo como es el de visión, el coachee llega a definir, con mucha precisión, qué persona quiere ser en su futuro. Es un ejercicio altamente esclarecedor por su carácter gráfico, muy rápido y automático; le permite reflejar sus miedos, sus superaciones, sus fuentes de energía y sus logros.
El ejercicio en sí mismo es una fuente de inspiración y proyecta con mucho vigor nuestros deseos y decisiones habitualmente inconscientes. También identifica lo que tenemos que aprender para ser quien queremos, y curiosamente al identificarlo empezamos a aprenderlo.Y a pesar de ser tan impactante, sólo alcanza su valor definitivo cuando se expresa. Al verbalizarlo ante el coach, las emociones que subyacen brotan a borbotones, e incluso se desbordan, y gracias al papel de espejo del coach adquieren todo su significado para el coachee.
Surgen las emociones que están bloqueando al coachee y que le incapacitan para alcanzar sus objetivos, pero también aparecen las emociones y la energía que le van a capacitar para conseguirlos. A través del diálogo, el coachee llega a identificar esas emociones y trabaja con ellas hasta conseguir desplazar la energía de las emociones incapacitantes y maximizar todo el potencial de las emociones capacitantes.
Gracias al trabajo con este ejercicio, el coachee identifica con rapidez quién quiere ser y cómo alcanzarlo, se ve “en su visión”, y puede comenzar el camino para conseguirlo.
¿has diseñado ya la persona que quieres ser?
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