Especializados en acciones formativas singulares y coaching, facilitamos el desarrollo de las competencias necesarias para que una persona se sienta más capaz de alcanzar los objetivos que se propone. Sentirnos capaces hace que nos sintamos con el control de qué hacer en una situación; y eso está en la base del bienestar personal y, como consecuencia, del éxito profesional.

viernes, 19 de febrero de 2010

El camino del Coaching

Hemos tenido el privilegio de realizar un curso de Aproximación al Coaching para antiguos alumnos de la UFV. Trabajar este tema nos resulta apasionante por el impacto que tiene en los participantes a nivel personal. Y no es por los conocimientos que, a veces, les resultan auténticos descubrimientos, e incluso “cisnes negros” en su vida, sino por la posibilidad que tienen de conocerse a sí mismos.

Una vez más, hemos contrastado las dos notas que están caracterizando ahora mismo la difusión del Coaching en España. La primera, que el interés por el Coaching es cada vez, mayor (y sin duda alguna, es el tema de moda…). La segunda, la confusión respecto a lo que es y cómo se lleva a cabo.

Algunas personas piensan que ser Coach es aconsejar a otros sobre lo que tienen que hacer en un determinado campo, y que para ello basta con saber del tema en cuestión, o haber sido profesionales de esa área. Esa figura es la del Mentor. Su nombre procede de la Mitología Griega, de la Odisea, en la que Mentor aparece como el gran amigo de Ulises, al que deja la tutela y enseñanza de su hijo Telémaco antes de iniciar su Odisea. Cuando vuelve Ulises comprueba lo mucho que ha aprendido su hijo: exactamente, lo que su maestro sabía. El mentor apoya el aprendizaje, pero desde su propia experiencia. Es una figura utilísima en el ámbito organizacional, porque facilita el camino a nuevos profesionales dirigiendo sus pasos por el mismo camino que él ha andado.

El papel de un Coach también es diferente del de un Tutor. El Tutor facilita el aprendizaje a un aprendiz, creando contextos de aprendizaje, dando consejo, y ofreciendo una guía personalizada sobre sus dudas y avance en el aprendizaje de una determinada materia.

El Coach actúa de una forma diferente. Se ha formado en un método que facilita el cambio rápido de perspectiva, y el cuestionamiento de las barreras y limitaciones que pueden estar haciendo que el Coachee, su pupilo, no consiga lo que desea.

Algunas personas piensan que hacer Coaching es algo fácil y rápido de aprender. Y ciertamente tampoco es un conocimiento difícil ni complejo, pero, desde luego, no es algo que se aprenda en unos días. Tampoco consiste en la aplicación de técnicas puntuales. No basta con conocer diferentes técnicas de cambio. No es cuestión de tener herramientas. El Coaching tiene mucho que ver con la capacidad de escucharnos unos a otros, del “encuentro” entre personas. Es un proceso de acompañamiento donde el que marca el ritmo y el objetivo de trabajo es el propio Coachee. Y para poder llegar a él, y serle de utilidad, el Coach tiene que actuar desde una limpieza mental y emocional absolutas. No solamente no haciendo juicios sobre el Coachee, sino apartando de la mente los juicios propios. No dejándose llevar por las emociones del Coachee y manteniéndose en una emoción capacitante, de aceptación del otro como tal. Y esto, tal vez, sea lo más difícil de aprender, y requiere un prolongado entrenamiento.

Un Coach ha tenido que vivir en primera persona ser Coachee, porque desde su propia vivencia puede entender mejor el proceso de aprendizaje y cambio que éste vive. Pero, sobre todo, porque siendo Coachee ha tenido la oportunidad de cuestionarse sus propias barreras mentales y ha podido aprender a superarlas.

Así que es esta disposición actitudinal del Coach y el énfasis en los objetivos del Coachee lo que diferencia a esta profesión.

Isabel Aranda, Coach y Doctora en Psicología de las Organizaciones
Fotos: Juan Riera

No hay comentarios: