Especializados en acciones formativas singulares y coaching, facilitamos el desarrollo de las competencias necesarias para que una persona se sienta más capaz de alcanzar los objetivos que se propone. Sentirnos capaces hace que nos sintamos con el control de qué hacer en una situación; y eso está en la base del bienestar personal y, como consecuencia, del éxito profesional.

lunes, 17 de enero de 2011

Mindfulness... para comenzar este nuevo año, esta nueva década

“¿Ves, Momo?, a veces tienes ante ti una calle que te parece tan terriblemente larga que nunca podrás terminar de barrer. Entonces, te empiezas a dar prisa, sin cesar. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle sigue igual de larga. Te esfuerzas aún más, empiezas a tener miedo, al final te has quedado sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Entonces es divertido: eso es importante, porque de esa forma se hace bien la tarea, y así ha de ser. De repente, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, pero no se ha quedado sin aliento. Eso es importante”.
Michael Ende (1973) Momo. Editorial Alfaguara (1995)

¿Necesita aclaración? Ende centra la atención sobre lo importante. Lo que cuenta. Lo que da sentido a nuestra vida. El disfrutar de cada momento, porque ese disfrute es lo que nos va a llevar a fluir en la tarea, a realizar cosas extra – ordinarias, más allá de lo esperado, o más allá de lo habitual.

Empezamos el año proponiéndonos objetivos, planes de acción nuevos, sueños que alcanzar. ¿Nos proponemos también vivir plenamente cada paso que damos?

En estos primeros días leemos en posts, mensajes y prensa; oímos recomendaciones de conocidos, amigos, e incluso en la radio y la televisión, sobre qué plantearse en el nuevo año. No faltan entre los objetivos de primero de año los clásicos "ir al gimnasio", "dejar de fumar", o "adelgazar", o el "inglés"... Acciones que como calles larguísimas podrían parecer imposibles de barrer.

Decidir qué hacer en “el tiempo que se os ha dado”, como dicen en el Señor de los Anillos, es un gran reto. Es un continuo de elecciones y acciones con el que incluso muchas personas identifican a su persona. Cuando alguien se presenta ante un grupo suele decir “Soy … abogado, arquitecto, etc.” ¿Cuántos dicen: “Soy un arquitecto apasionado con mi trabajo y que disfruto diseñando …”?


No tenemos costumbre de preguntarnos si estamos disfrutando con lo que hacemos y si estamos viviendo el momento como “el gran momento”. Y en este sentido, una pregunta poderosa es "¿Cómo querrías sentirte en los últimos momentos de tu vida?" En el capítulo de House en el que muere Amber, dice al despedirse “No es eso lo último que quiero sentir”. Curiosa reflexión...

Al final la vida... ¿qué es? ¿lo que hacemos, o lo que sentimos?

Vivir cada momento como el momento. Una filosofía, una praxis, un elemento de la personalidad: mindfulness. Un fenómeno trabajado en la Psicología y que despierta actualmente un gran interés. No se trata sólo de una forma de meditación del budismo y del ideal Zen de vivir el momento presente, o una filosofía de vida o un modo de conducirse ante ella. En Psicología se le considera un constructo de personalidad, y puede afectar a la forma en que una persona piensa, siente y actúa.

Puede definirse como atención y conciencia activas y plenas, presencia atenta y reflexiva ante el momento presente, sin valorar, sin juzgar, sólo tomando conciencia de lo que se siente. A veces será bueno y a veces no tanto. El mindfulness no juzga, te lleva a fijarte en lo que sientes, porque desde ese conocimiento tú puedes hacer tus elecciones. Frente a los planteamientos del control personal, de la eliminación de todo aquello que nos altera, incomoda o estresa, el mindfulness propone que la conciencia de lo que se siente, en sí misma, facilita la autorregulación y el equilibrio.

Nos gusta este planteamiento. No se trata de eliminar nuestras sensaciones, de controlarlas, no son defectuosas, no son debilidades, es parte de nuestra forma de ser.
La clave es tomar conciencia de cómo me siento, adónde me llevan esos sentimientos y sensaciones, y si es ahí adonde quiero ir y de esa forma. En definitiva desarrollar una de las inteligencias que identifica Howard Gardner (1983): la inteligencia intra – personal, y que es la capacidad de conocernos, entendernos y gestionarnos. Es un gran reto porque desarrollar esta inteligencia que forma parte de la Inteligencia Emocional es algo que dura toda la vida.

¿Quieres conocerte? ¿Quieres ser el jinete o el caballo de tu vida? ¿Quieres sentir cada momento como el momento?

Estos son los objetivos que proponemos para este año. No son tan típicos. Son más trascendentes. ¿Te unes?

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