Especializados en acciones formativas singulares y coaching, facilitamos el desarrollo de las competencias necesarias para que una persona se sienta más capaz de alcanzar los objetivos que se propone. Sentirnos capaces hace que nos sintamos con el control de qué hacer en una situación; y eso está en la base del bienestar personal y, como consecuencia, del éxito profesional.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Del 09 al 10

Revisar nuestra vida en el 2009: qué he hecho y cómo he vivido, es un buen punto de partida: ¿Dónde estoy? Pregunta que nos abre la puerta para tomar conciencia de nuestro presente. Pero sólo es el primer paso, un punto de partida para la evolución. ¿Ha sido un año de incertidumbre, tal vez bueno, tal vez regular, tal vez mejorable, tal vez especial o maravilloso?

La siguiente pregunta es ¿Dónde quiero estar? ¿Cuál es el futuro que deseo para mí en el 2010? Es el momento de identificar nuevas posibilidades, ser alguien diferente o hacer cosas diferentes, una nueva vida, tal vez. ¿Qué quiero conservar? Identificar aquello que me hace único y especial y las fortalezas que me servirán de palanca para apoyarme y evolucionar ¿Qué me falta para conseguirlo? ¿Poner en práctica alguna de las herramientas de la inteligencia ejecutiva que señala José Antonio Marina: orden, constancia, voluntad o motivación? ¿O tal vez superar un estado emocional que me incapacita para conseguir lo que deseo: miedo, ira, enfado? Pregunta esencial para conocer lo que necesito superar.

Y por fin, la pregunta definitiva. ¿Qué voy a hacer para lograr lo que quiero?

Es el momento de planificar y de orientar nuestro logro hacia la elección de formas de ser y hacer más acordes con nuestros propios deseos. Es el momento de planificar nuestro hacer, pero también nuestro ser, es el momento de plantearnos objetivos personales de crecimiento, de desarrollo y de felicidad. Sí, planificar también nuestra felicidad. Si tenemos metas y retos concretos, encaminamos nuestra energía en conseguirlo. Dice Enrique Rojas que el que no sabe lo que quiere no puede ser feliz. Dice José Antonio Marina que el objetivo de la inteligencia es la felicidad. Inteligencia significa etimológicamente saber escoger. Seamos inteligentes, escojamos quién ser en el 2010.

Nuestra actualidad

Hemos acabado el programa de formación en competencias en Caja de Ávila. De junio a noviembre “hemos vivido” en la Ciudad de la Santa. 120 alumnos a los que hemos formado en Liderazgo, Planificación, Negociación y Orientación al logro.



Ha sido un reto apasionante y un motivo de orgullo apreciar cómo las personas se van sintiendo más capaces, y desde ahí, se dan permiso para hacer cosas nuevas, aplicar técnicas y conseguir resultados diferentes y más eficientes. Nos hemos retado, alineado, reído, compartido, y hemos aprendido. Ahora todos somos más capaces.

El año lo hemos terminado con diferentes proyectos de coaching. Trabajar y trabajar, aprender y experimentar en coaching, ¡qué reto cada día!. Procesos que llevan a nuestros coachees a realizar sus objetivos rápida y satisfactoriamente.


También hemos enseñado lo que es el coaching con el Seminario de Introducción al Coaching para la Asociación de Antiguos Alumnos de la UFV.

Jane ha conseguido su certificación ACC en la ICF.

Seguimos trabajando para conseguir personas más capaces, que puedan superar los estados emocionales incapacitantes que impiden lograr nuestra mejor versión. Mucho trabajo en el diálogo con uno mismo que nos lleva a conseguir los logros que nos planteamos en las competencias personales y sociales.

Especial: Quién quieres ser en 2010

10 preguntas para ser quien quieres ser en el 2010

Te proponemos un ejercicio fascinante para empezar el año identificando quién quieres ser en este nuevo año.

Prepara una cartulina y revistas, pegamento, tijeras. Se trata de hacer un collage con imágenes que reflejen quién eres en el 2010.

Recorta las imágenes con las que te identifiques, palabras, colores, símbolos, todo aquello que te permita reflejar quién eres en el 2010 y pégalas en la cartulina a tu gusto.

Cómo título escribe yo en el 2010 soy … (y aquí anota los adjetivos que quieras)

Escribe también un lema, una frase o mantra que refleje la energía que te lleva a ser quien estás reflejando.

A continuación, reflexiona sobre lo que has hecho. Te sugerimos algunas preguntas para hacerlo, que merece la pena que contestes por escrito.

1. ¿Qué estoy mostrando en el collage, y qué no estoy mostrando?
2. ¿Me siento plenamente reflejado? ¿Falta algo? ¿Quiero quitar algo?
3. ¿Me ha sido fácil o difícil hacer el collage? ¿Por qué?
4. ¿Qué emociones me produce verlo: ansiedad, miedo, alegría, aceptación, tristeza, ira, asco, sorpresa?
5. ¿Qué me transmite: positividad, negatividad o neutralidad?
6. ¿Qué aparecen más: personas, ideas, cosas, acontecimientos, preguntas, aseveraciones?
7. ¿Qué hay igual que en 2009? ¿Qué hay de diferente con respecto a 2009? ¿Qué he cambiado? ¿Qué ha sido fundamental para que ese cambio se haya producido?
8. ¿Están reflejadas mis fortalezas, capacidades y competencias, lo que me hace especial, diferente y único?
9. ¿Qué me está dando fuerza y energía positiva en el 2010?
10. ¿Qué me hace sentirme feliz?

¿Cuál es tu conclusión después de hacerlo?

Ah... y si puedes, compártelo con alguien de tu confianza. Te será aún más impactante. ¡Qué lo disfrutes!

La voluntad para cambiar


¿Puede impulsar el coaching la voluntad?

“Nadie cambia si no siente la necesidad de hacerlo”
Henry Ford (1863-1947)


Cambiar, dejar nuestros cómodos hábitos y adoptar nuevas formas de hacer y de ser más acordes con nuestras necesidades y deseos, necesita un acto deliberado de voluntad para iniciarse. Si no se siente la necesidad de cambiar, no se cambia.

Voluntad es querer. (Del latín voluntas-atis). La voluntad, es la facultad superior de las personas que nos lleva a decidir qué voy a hacer, tener intención de hacerlo y dirigirme a ello. Para José Antonio Marina (Toledo, 1939 -... Filósofo, ensayista y pedagogo) la voluntad es una herramienta de lo que él denomina la inteligencia ejecutiva. Nuestro hacer es fruto de poner en práctica esa inteligencia ejecutiva, cuyas herramientas son orden, constancia, voluntad y motivación.

Con mi voluntad decido lo que hago o no. Gracias a ella elijo lo que hacer, soy consciente de ello y, por lo tanto, libre para hacerlo o no.

Cuando un coachee solicita un proceso de coaching suele sentirse en un espacio difuso en el que la voluntad está disminuida o confusa. Pero - y esto es lo esencial - siente la desazón de no estar donde quiere y necesita cambiar.

"La voluntad es la forma en que el ser humano experimenta su individualidad" Otto Rank, psicoanalista autríaco (1884-1939)

Es, probablemente, la facultad que más nos individualiza, que más nos hace un ser singular. Así es, con mi voluntad decido y hago, y, por encima de todo, expreso quién soy. Muestro lo que soy con lo que quiero. Está tan directamente vinculada con mi ser, que, en la medida en que soy consciente de mi ser, lo soy de mi voluntad, de mis elecciones y acciones. Con frecuencia, no somos conscientes de nuestro ser, y tampoco lo somos de nuestra voluntad, y lo que es peor, no somos conscientes de nuestra inconsciencia. Desde aquí difícilmente puedo desarrollarme como persona y elegir el futuro que deseo. Y es aquí precisamente donde empieza el trabajo del coach ayudando a la toma de conciencia de uno mismo y, como consecuencia, de la voluntad de cambio.

"Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad" Albert Einstein, físico (1879 – 1955)

La voluntad tiene una gran capacidad energética que nos impulsa, da seguridad y fuerza. De hecho la expresión habitual es “fuerza de voluntad” porque entendemos muy bien la potencia que tiene en nuestro comportamiento. Siempre hay voluntad, aunque ésta esté dirigida a permanecer como y donde estamos. Y siempre hay energía latente que podemos desarrollar. Tenemos más fuerza de voluntad cuanto mejor nos sustraemos de las exigencias exteriores y más conscientes somos de nuestros impulsos y los dirigimos. El diálogo de coaching le lleva al coachee a analizar sus exigencias y evidenciar qué utilidad tienen para él.

La decisión de hacer algo tiene que ser realista, inmediata y programada, de nada sirve esperar “hasta el lunes”, “el próximo mes”, o “a primeros de año”. La decisión se quedará en sólo buenos propósitos si no hay un compromiso personal con la decisión, que sólo puede ser fruto de la coherencia entre lo que se quiere y lo que es prioritario para la persona. El coach facilita que el coachee descubra sus prioridades y se comprometa con su decisión, muchas veces sólo con servir de espejo en el que el coachee se puede ver en perspectiva.

La voluntad se aplica en dos direcciones opuestas, y muchas veces, complementarias: eliminar y empujar. Para eliminar o inhibir impulsos automáticos, comportamientos ineficaces, hábitos inadaptados. Para empujar hacia los logros que nos planteamos. Si hablamos de cambio, hablamos de una voluntad aplicada en ambas direcciones; por un lado, tendremos que eliminar nuestro comportamiento actual, y por otro, adoptar un comportamiento nuevo. Sustituir hábitos requiere, por lo tanto, un esfuerzo doble y complementario. Para el coachee el apoyo y la claridad de criterios que consigue gracias al coaching es fundamental para que consiga el cambio deseado rápida y eficazmente.

"A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad" Victor Hugo, escritor francés (1802-1885)

La gran potencia de la voluntad tal vez radique en la diversidad de sus componentes, que le permite actuar sobre las múltiples necesidades complementarias de la acción. Por ejemplo, si hablamos de la determinación de la voluntad nos encontramos con diferentes clases de voluntad o diferentes aplicaciones de la voluntad ante las diferentes necesidades que la acción requiere.

Para empezar algo, Voluntad inicial: La voluntad para romper con la inercia, la deriva de la rutina cómoda, los hábitos consolidados y el descenso continuado en la espiral de la inconsciencia y, a la vez, impulsarse hacia la toma de consciencia de lo que se quiere, y ponerse en marcha hacia ello. Sin ella no habrá cambio posible. Por sí sola no será suficiente para alcanzar la meta, necesitará de la constancia para superar las dificultades que irán surgiendo o sólo será un intento y se abandonará. La voluntad inicial se refuerza intensamente con la ayuda de otra persona y especialmente de un coach. El coach facilita que la persona elija si quiere dirigir proactivamente sus decisiones o actos o prefiere dejar la responsabilidad en manos ajenas. La distinción entre locus de control externo o interno resulta tan esclarecedora, que el coachee se muestra con frecuencia sorprendido al descubrir donde sitúa su control. Es, probablemente uno de los aspectos del cambio donde más impacto puede tener el coaching.

Para mantenerse en lograrlo, Voluntad perseverante: Compuesta de tesón, empeño, firmeza, la voluntad perseverante permite persistir en el esfuerzo por conseguir la meta, y se va robusteciendo a medida que se repite el esfuerzo en conseguirlo. Esta voluntad es la que permite alcanzar cualquier meta. También aquí el acompañamiento del coach en el proceso facilita el fortalecimiento de la voluntad perseverante.

"El que no sabe poner voluntad en las cosas intenta darles algún sentido, lo cual le hace creer que hay una voluntad en ellas" Nietzsche, filósofo alemán (1844 –1900)

Para superar los inconvenientes, Voluntad para superar las frustraciones: La frustración es el valor que damos a tener un obstáculo entre la meta y yo, que vivimos como un bloqueo o impedimento. La persona fuerte se crece y madura superando sus frustraciones, gracias a la capacidad de resiliencia, capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación. Para Boris Cyrulnik (neurólogo y psiquiatra francés, 1937 - ...), “Es el factor diferenciador entre las personas que logran superarse y triunfar, mientras que otros arrastran su frustración toda la vida”. Las distinciones que ofrece el coach, especialmente la de víctima - responsable, facilitan que el coachee elija cómo afrontar las circunstancias de su vida y pueda desarrollar la voluntad de superarse y su resiliencia.

“Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden, es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree” Paulo Coelho, escritor brasileño (1947 - ...)

Para terminar lo empezado, Voluntad para terminar bien la tarea comenzada: Unida íntimamente al placer por la excelencia y el gusto por un trabajo bien hecho, es la voluntad de logro; requiere también la perseverancia y el trabajo continuado. Para fortalecer esta voluntad, el coach aporta nuevas distinciones: excelencia - exigencia, eficacia - eficiencia, que ayudan al coachee a reconocer sus criterios de acción y la utilidad y sentido que tienen.

La voluntad también varía según la distancia a la meta. Podemos distinguir entre:

La voluntad inmediata necesaria para alcanzar una meta a corto plazo. Tal vez la más fácil, puesto que es casi una reacción y no necesita ser mantenida mucho tiempo.

Diferente de la voluntad a medio plazo, que hay que mantener durante semanas o meses para alcanzar la meta.

La voluntad a largo plazo es la que mayor componente de persistencia necesita, ya que la meta está situada lejos, a años tal vez, como es el caso de la voluntad necesaria para estudiar una carrera. Para poner en práctica esta voluntad, además, hay que tener la capacidad de esperar pacientemente el resultado, de demorar la recompensa.

En los procesos de coaching, la generación de voluntad inmediata ocurre como resultado de las sesiones. Gracias a la definición de los objetivos y la liberación de frenos y limitaciones, con frecuencia inconscientes, el coachee consigue la voluntad a medio plazo para trabajar persistentemente en sus metas. La elección de lo que quiere conservar, la identificación de sus puntos fuertes y la definición de quién quiere ser y qué hacer, le darán la fuerza necesaria para conseguir la voluntad a largo plazo que le permitirá conseguir sus metas.

martes, 1 de diciembre de 2009

COACHING: la oportunidad filosófica para el hombre de hoy…



Con agradecimiento y especial dedicación a los Doctores D. Alfonso López Quintás y D. Vicente Lozano, ambos Profesores del Master de Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria


Sí. Porque el Coaching es, en esencia, filosofía.

Porque nos brinda ese espacio temporal que, como hijos de nuestro tiempo, no tenemos, no encontramos… ¡ni siquiera buscamos!... para esas “otras cosas”

Porque sacar tiempo de nuestras agendas (agendas que se han convertido casi en el “motor” de nuestras vidas,… ) se ha convertido en una tarea ardua, difícil… ¡“IMPOSIBLE”!, decimos a veces.

Aprendemos a planificar, a priorizar, nos organizamos. ¡Y seguimos sin tener tiempo para esas “otras cosas”! Porque esas “otras cosas”, en realidad, no están valoradas lo suficiente. La gente nos mira con cara de póker; y hasta nosotros mismos vemos como algo normal sentirnos extraños, “bichos raros”, en determinadas situaciones.

Y no hablo aquí de “grandes cosas”: tiempo para leer, para pensar (¡oh! Dios, qué peligro… “pensar”…), o simplemente para conversar, o para estudiar (estudiar incluso “cosas que no sirven de nada”, como dirían algunos… o desafortunadamente, muchos…)

Porque estamos inmersos en una cultura del hacer; porque nos hemos convertido hace tiempo ya en el “homo faber”, el que se ha olvidado de su SER, de su ESENCIA, y que sólo hace, hace y hace. Y, como una pescadilla que se muerde la cola, como en un círculo vicioso, ésta es precisamente la principal razón que lleva a muchos a un proceso de Coaching: “no paro, y me siento vacío…” “no tengo tiempo ni para pensar… pero no soy feliz”; personas que entran en un proceso de vértigo (como bien le llamaría el Doctor López Quintás) y que necesitan de ayuda para salir de él, para parar… Necesitan el tiempo, el espacio (aunque sólo sea por 60 – 90 minutos, aquí o allá), y poder así, por fin, parar; para pensar, para reflexionar. Este “parar”, verbalizar lo que les está ocurriendo, es lo que les ayuda muchas veces a descubrir qué les está sucediendo. ¡Y ahí está el Coach!, dispuesto, como pura y sencilla caja de resonancia, como espejo… Espejo en el que, en ese espacio, en ese momento, como si el reloj si hubiera parado, salen a la luz las emociones. Lógicamente…

Algunos piensan en ese momento de “crisis” que nunca deberían haber empezado este proceso. “¿Pero qué hago yo contándole a este/a sr./a “Coach”, que no le conozco de nada, lo más íntimo de mi persona, de mi ser?” “¿cómo he podido, YO, llegar hasta aquí? ¡qué vergüenza…!”; porque éstas son las reacciones que nos encontramos en nuestros pupilos llegados a este punto (y en el que nos hemos encontrado, por fortuna, nosotras mismas como Coaches; y porque de lo contrario, bajo nuestro punto de vista, ser Coach no sería posible).

Si en este momento decidimos dar el paso, nos COMPROMETEMOS a trabajar por un cambio, por encontrarnos a nosotros mismos, por reencontrar el sentido de nuestra existencia,… lo primero, ¡sin duda! habremos de FELICITARNOS. Porque querer y actuar para salir de esta situación que no termina de llenarnos, por sacar lo mejor de nosotros mismos, ¡ES SER UN VALIENTE!

El mundo está lleno de cobardes que no hacen más que quejarse y lamentarse de sus circunstancias. ¡VALIENTES AQUELLOS QUE SE PLANTAN Y DICEN “HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO”! Sastre nos hizo cuestionar a principios del s. XX sobre el sentido de nuestra existencia, y llegó a la conclusión del absurdo. Afortunadamente, a pesar de su influencia, algunos empezaron a divisar un atisbo de luz en ese pensamiento y prosiguieron. Como Albert Camus, que tras su etapa “sartriana” o del absurdo , nos lleva a la etapa de la “rebeldía”, defendiendo que la misión del ser humano es dotar de sentido su existencia. ¡Ahí empieza el Coaching de verdad! Hemos plantado cara a las circunstancias, y QUEREMOS CAMBIAR, y nos ponemos a ello.


Camus termina su tercera etapa, que la llama “del amor”, de sí a la vida, a los otros y a la tierra, defendiendo la idea de que el sentido de nuestra vida lo encontraremos siempre a través de los demás. ¡Ojalá y suponga esto también la evolución del hombre actual! Nosotras mantenemos la esperanza, desde nuestro optimismo realista, de que estamos poco a poco empezando esa nueva etapa, defendiendo el Coaching como la OPORTUNIDAD FILOSÓFICA del hombre actual, que redescubre en su esencia la misión de dotar de sentido su existencia, y su condición como ser social. Lo que para nosotras supone la “inteligencia social”. En lo personal, y en lo profesional… como las dos caras de una misma moneda; inseparables, indivisibles.